lunes, 27 de abril de 2009

08 abril 2009


La sensación del viaje aún retumba en mi cabeza, es un sentimiento extraño pero extrañamente agradable, la música una vez más ha sido mi compañera, los dientes se mueven con ondas que producen ritmos, el cielo azul y estrellado me hace flotar; la sonrisa forzadamente gestual me hace reir.

Anoche jugamos con los nativos, es curioso saber que existen lugares remotos pero que el lenguaje del fútbol y del juego es uno solo. Son como las 9 am y nos tocó correr a Ale, Paula y a mí porque el bus nos iba a dejar, vamos rumbo a Médano, otro resguardo que debemos visitar; llevamos la comida para compartirla con la comunidad, es tan bueno todo acá que aún no extraño la casa. Definitivamente viajar me gusta, el medio ambiente es el camino el sueño empieza a tomar forma, es importante reconocer el poder de la naturaleza, si ellos han vivido toda su vida acá, porque es tan difícil concebir una vida fuera de la ciudad.



Verde, azul, marrón y blanco; colores de este paisaje Casanereño, que me sorprende pero también me aturde. Es un sentimiento de soledad.

Ayer no escribí, porque el trabajo no fue exhaustivo, conocí la finca comunitaria de Piñalito (supongo) y la subestación de explotación petrolífera, donde la contaminación es una realidad por más que el encargado asegure lo contrario.

Las palmas se levantan hasta el cielo, en la tierra las vacas sacían su necesidad rumiante. A través del paisaje existen islas de bosque, supongo que desde arriba deben ser manchas verdes oscuras sobre la sabana de verde claro. Anoche llovió parece ser que el invierno ha comenzado. Dormí por fuera de la carpa pero no me comieron los mosquitos.



El diseño vuelve a mí con una esperanza, no todo puede ser consumo y globalización, no todo es inventarse necesidades, no todo es basura. Como dijo Gael García interpretando a Ernesto Guevara en Diarios de Motocicleta "¿Cómo puedo sentir nostalgía por un pueblo que no conocí?", me pregunto ¿Cómo sería la vida de los nativos de estas tierras hace 200, 500 o 1000 años ¿Quién decide que la tierra se puede quitar y que el fuego, la cruz o un espejo es más importante que toda la tradición o el conocimiento de una cultura? Si la tierra es de ellos ¿Qué carajos hacemos acá? ¡Afortunadamente en el llano el cielo es más grande!

06 abril 2009

Ha empezado el sexto día de travesía, he pasado ya por Villavicencio, Yopal y Orocué; he pisado 3 departamentos, ayer estuvimos en el Parque Ecológico Wisirare, una vista espectacular me hubiese gustado haberlo conocido primero que la pampa argentina; esta vez es el vaivén de un bus NPR Chevrolet de la UN el que me impide escribir mejor, pero debo sentar el precedente de lo que veo.

Ver por primera vez la sabana del Llano es abrumador, perder la noción de la montaña me desconcierta, a pesar del sol el clima ha sido favorable, cada animal que he visto me ha impactado. La corocora roja, los cocodrilos, las iguanas.
El sábado estuvimos en el rio Meta, tenía una corriente pesada y halaba fuerte; ayer domingo estuvimos en el Caño de El Duya, navegué un rato en chalupa el color del agua no era atrayente sin embargo refrescante.

Me da mucha sed me he gastado casi toda la plata en gaseosas; quisiera que la cosa pintara, pero ya se que no se puede y el otro tema es mejor no tocarlo, la decisión ya se tomó y las consecuencias ya comenzaron. La gente se ha portado firme, el ambiente se puede hacer.

Estoy un poco aturdido porque no he estado pendiente del celular y además a veces no coge señal, no he podido hablar con mi mamá ni con mi papá, ni con Sammy, pude hablar con Giova y le encargué que hablara con mi mamá. El viaje ha sido muy chévere, la convivencia es cosa seria pero hasta ahora todo ha estado bien, debo anotar ahora para no olvidar "comprar en un futuro muy muy cercano una carpa se hace realmente necesario".
Pronto llegaremos al primer resguardo que visitaremos, empieza hoy una nueva experiencia